Querida comunidad georgiana, hemos vivido días muy difíciles como colectividad, como país. Lo ocurrido nos hace pensar y reflexionar sobre lo frágil que es nuestro sistema de convivencia, nuestra sociedad. No podemos ser indiferentes. Tenemos que pensar en cómo ayudar a que esto no vuelva a ocurrir, cada uno desde su posición, desde su actividad, para que el sello de nuestra comunidad, ser ciudadanos competentes, se haga realidad.
También debemos explicar a nuestros niños y niñas lo que está ocurriendo, siempre desde la base que la violencia nada soluciona, ni puede ser aceptada en forma alguna, independientemente del lado en que se produzca. Es el diálogo y la comunicación lo que nos permite avanzar. Saber escuchar y respetar al que piensa distinto.
Debemos reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y de estar siempre atentos a construir una sociedad más justa en la que todos y todas tengan espacio. Como cristianos comprometidos debemos tener un rol activo para contribuir a que Chile sea un país con iguales oportunidades para todos.
Los invitamos a reflexionar, confiando en Dios, y a orar en familia, por el reencuentro de la sociedad chilena.