– Hola Macarena, muchas gracias por recibirnos. Antes de comenzar, me gustaría que nos cuentes un poco de ti… estudios, hijos, tiempo libre… un pequeño resumen

A modo de resumen, a ver, ¿estudios? Ex alumna del colegio, generación del 88 -con una gran risa comenta “eso no lo debería decir”- orgullosa ex georgiana, después estudié Ingeniería Comercial, después hice un pos título en Docencia Universitaria en pedagogía y después hice un MBA.

– Estudios no te faltan…

Me encanta, yo estudiaría eternamente, me fascina, encuentro que es un desafío precioso, de hecho sigo haciendo clases en la universidad. Yo trabajé 8 años en la Universidad del Desarrollo, antes de venir acá, ese fue mi último trabajo antes del Saint George y encuentro que es fascinante estudiar.

– ¿Y sigues en la del Desarrollo haciendo clases?

Sigo haciendo un ramo, que es lo que me alcanza la vida poder hacer y feliz, me encanta, me gusta el contacto con los alumnos, me gusta el desafío de enseñar.

– ¿Y son de qué carrera?

Ingeniería Comercial, de mi misma carrera. Hice clases en hartas facultades distintas, porque ese es como el modo de la Universidad y en hartas carreras distintas, pero la Ingeniería Comercial es lo mío y con ellos sigo. ¡Súper entretenido!…  ¿Niños?, Tengo 4.

– O sea en verdad el tiempo es muy escaso…

El tiempo es muy escaso, ¡sí! … 4 niños maravillosos. El mayor tiene 19, está estudiando Ingeniería en Sonido, ese es hombre. Después sigue una niñita que tiene 18 y está en IV medio, sale este año y quiere estudiar Enfermería.

– ¿Y está acá?

No, no están en el colegio. Estuvieron en el colegio, después me fui a vivir a Inglaterra y a la vuelta los puse en otro colegio. Después tengo otra niñita que tiene 14, que está en 8vo básico y después un hombre que tiene 10 y que está en 4° básico.

– ¡Gran espectro!

Síiii, gran espectro, gran desafío. Ese es el mayor de los desafíos en la vida.

– ¿Y en Inglaterra estuvieron mucho tiempo?

Un año. Muy linda experiencia.

– ¿Qué te motivó a asumir el cargo de Vicerrectora? Desafío no menor…

Desafío no menor, sí… yo creo que primero, el amor por los desafíos en la vida. Cuando el ser humano deja de tener desafíos no tiene motor, pierde la motivación, cuando ya la pista se te hace fácil y todo lo hiciste, lo lograste, lo desarrollaste, ya deja de ser entretenido, entonces el desafío justamente es el gran motivador, al menos para mí. Eso por un lado. Y yo creo que fundamental en la decisión fue el cariño por el colegio.

El lazo afectivo fue determinante cuando me llamaron para asumir este cargo, en el fondo en mi decisión primó por primera vez un tema afectivo por sobre la decisión laboral más fría o más concreta de decir “¿me conviene o no me conviene?, ¿lo hago o no lo hago? ¿Me gusta o no me gusta?”… obvio que todos esos eran checksy era “sí sí sí sí”, pero yo creo que la decisión más fuerte estuvo dada desde lo emocional, desde el cariño, desde todo lo bonito que a mí me evoca el colegio.

– Increíble igual, porque yo creo que hoy en día hay mucha gente que cuando encuentra su lado cómodo se queda ahí, en su zona de confort, sobre todo de nuestras generaciones hacia arriba, no sé si existen tantas valientes que quieren salir de esa zona… y además con 4 niños

Qué divertido, pero no me lo cuestioné ni por un minuto, fue como “vamospo!”, si Derecho a lo Difícil es lo nuestro. Yo creo que la motivación de que era tan difícil, fue totalmente determinante.

Ya llevaba harto tiempo en la Universidad, entonces esa pega para mí ya estaba dominada, entonces justamente esto era nuevo, distinto y era muy difícil. ¡Yo sabía que era muy difícil!

– ¿Y ha sido así de difícil?

Mmmmm… sí, no y tal vez… todas las anteriores. Desde los afectos no ha sido difícil, ha sido maravilloso. En el fondo volver al colegio, trabajar con los niños, tener esa vocación y amor por la educación te hace motivarte todos los días desde esa mirada. Eso es maravilloso. Yo venía del mundo de la educación y eso me encantaba. Mis alumnos eran distintos, eran adultos, de pre grado y post grado, pero el amor por la educación y la vocación son los mismos.

Desde esa mirada te diría que ha sido súper reconfortante. Desde los afectos, como encontrarme con profes que eran profes míos del colegio, o con mi círculo de amigos que son papás del colegio ahora, esa mirada desde los afectos ha sido súper de corazón gordito.

Ha sido difícil porque desde la coyuntura me ha tocado resolver situaciones súper complejas, han caído varias bombas que hemos tenido que sortear, con la ayuda de Dios yo creo que, mejor o peor, hemos logrado hacerlo lo mejor que he podido, aprendiendo también desde la humildad porque uno nunca sabe todo y el día que cree que sabe todo mejor que se retire……. Entonces aprendiendo cada día, disfrutando, cada día tiene su afán.

Yo digo que esto es como una ciudad en donde todo puede pasar todos los días. ¡Y de verdad pasa de todo todos los días! Somos tantos, es una comunidad tan grande, el espacio físico es tan grande, tenemos tanta diversidad, tantos niños distintos, que de verdad todo pasa en un día. Tu llegas a la oficina y piensas “tengo el día súper planeado, la reunión acá, esto otro por allá” y sin aviso estallaalgo y te fuiste con la planificación a cualquier parte.

Entonces, en ese sentido, yo te diría que ha sido duro, o un poco más duro de lo que pensaba, básicamente porque han tocado cosas puntuales complejas.

Pero la raya para la suma, el balance general, ¡estoy súper contenta!

– ¿Y no ha sido tema que tus niños no estén en este colegio?

No, para nada. Las puertas del colegio están súper abiertas, pero en definitiva lo que me pasa ahí es que a mí me encanta el colegio en el que están ahora, es un colegio precioso con un proyecto educativo maravilloso y ellos están súper felices, entonces tengo uno que ya está en la universidad, otra que sale este año, me quedan los 2 más chicos y la verdad es que tienen su grupo de amigos, están muy bien donde están, entonces cambiarlos siempre es una apuesta y cuesta arriesgar si ves que están muy bien donde están.

– Y tal vez también mejor no estar en el colegio con la mamá de “jefa”, ¿o no?

Síiii, eso es súper complicado para ellos, es difícil de manejar, entonces no sé si quiero mezclar las cosas. Ser “hijo de…” es duro, es complejo. Y ellos están felices donde están… ¡y yo también! Entonces es un win – win. Además yo vivo muy cerca de su colegio, entonces tienen mucha autonomía, se van caminando al colegio, van y vuelven de los talleres y deportes, todos sus amigos viven cerca. Eso te facilita, te ayuda, ellos están bien, entonces no tengo razones de peso para decir “apuesto al cambio”.

– Con la comunidad en general, aparte de los que tú ya conocías de antes, ¿has sentido un rico recibimiento?

¡Sí, súper! Mucha calidez, cariño, cercanía, confianza, yo te diría que ha sido súper positivo. Los profes han sido súper cariñosos, positivos. Estoy muy contenta. En ese sentido de verdad que nunca….

– Te estaban esperando….

Sí, me estaban esperando  – risas –  con el corazón abierto.

He tenido muy buena recepción. Tal vez el hecho que uno sea ex alumna te ayuda, entonces la disposición que existe es como “claro, ella conoce la cultura…”

– Claro, no eres una externa…

Claro! “es parte de… es de los nuestros”, y yo creo que esa mirada ha sido súper prevalente en términos de la actitud que han tenido todos de bienvenida… “¡qué bueno que volvió!”. No ha sido como “es una extraña que llega, que no nos conoce, que no sabe cómo somos”, sino que ha sido todo lo contrario.

– ¿En el corto y largo plazo, qué desafíos te planteas para el colegio?

¡Mil millones! Me faltan días y horas para todos los desafíos.

Yo creo que hay tantos desafíos como uno quiera tener, yo creo que todo es susceptible de ser mirado, todo es susceptible de ser mejorado, todo es susceptible de ser revisado, los procesos son vivos, el colegio es vivo, entonces siempre tenemos espacios donde crecer, donde mejorar, en todo sentido. Por ejemplo, voy al casino y digo “oye, esto lo podríamos hacer distinto”, o voy al patio de la I Unidad y digo “pucha, a lo mejor podríamos hacer juegos más guiados para los niños” y después me junto con un apoderado y hablamos del Plan de Integración y así todos los días voy sumando ideas nuevas desde lo que yo veo, desde la retroalimentación que recibo de los profes, de los papás, de los mismos alumnos, entonces hay miles de ideas todos los días que hay que ir priorizando.

Se te cruzan las decisiones del día a día, con respecto tal vez a un alumno, a algo puntual que ocurre un día específico, con las decisiones más estratégicas, más a largo plazo, que tienen que ver a lo mejor con una mirada de mayor innovación, o una mirada diferente en la educación o en la integración o en la respuesta educativa que tú les puedas dar a los alumnos, o en la forma en cómo instalamos confianza o cómo nos relacionamos, que tiene que ver con miradas de temas más a mediano o largo plazo.

¡Hay que saber compatibilizar ambas! Es una mirada que se proyecta en el tiempo, de un estilo de hacer las cosas.

– La comunidad georgiana tiene un tema muy rico de compromiso, pero a la vez muy fuerte de opinión. Eso me imagino que no debe ser fácil…

No, para nada, ¡es difícil! Siento que es muy difícil de manejar desde tratar de reinstalar las relaciones sanas, las relaciones respetuosas y la mirada constructiva. Yo creo que eso es uno de los desafíos que vienen por delante que no son menores y que tienen que ver con la forma como nos relacionamos como comunidad y la forma en que instalamos las relaciones sanas desde el respeto.

Tenemos que volver a nuestra esencia, a nuestra buena esencia, en donde las divergencias de opinión son, la reflexión está, la capacidad de poder no estar de acuerdo es respetada. Yo respeto y ese respeto significa que nada me da el derecho de no tratarte desde el respeto. Y cuando yo pasé esa línea, perdí la posibilidad de negociar, de conversar, porque no existe. El respeto es el piso mínimo para sentarse a conversar. Yo creo que eso se ha perdido un poco y uno lo ve en la forma en que los apoderados se relacionan, no todos, obviamente…

– ¿Será un tema de las generaciones más nuevas?

No me atrevo a juzgar, ni a poner etiquetas, no lo sé. Desde lo que me ha tocado ver, no solamente son las generaciones nuevas, también tiene que ver con una práctica más instalada, generalizado desde el colegio, que no me ha tocado ver en otras organizaciones. En la Universidad no puedo decir que la vi.

– ¿Pero será que en la Universidad uno tiene menos contacto con los apoderados?

Sí, puede ser, pero tienes mucho contacto con los alumnos y ellos son el reflejo.

– ¿Y acá en el colegio, cómo son los alumnos?

Son respetuosos, son cariñosos, validan los liderazgos, se acercan y son capaces de proponer desde el respeto, desde la mirada diversa, constructiva y están dispuestos a un diálogo desde una relación súper constructiva y sana. Ellos de verdad creen en el valor del respeto. Eso nos hace pensar que lo estamos haciendo bien como colegio.

Yo converso harto con el Centro de Alumnos de Básica y Media y son chiquillos maravillosos. Súper respetuosos, con ideas preciosas, si tú te sientas a debatir con ellos se ubican desde el respeto y la mirada constructiva. Yo te diría que es distinto el fenómeno que hemos logrado ver en los apoderados.

– En el tiempo que llevo yo de apoderada, siento que ha ido aumentando la poca tolerancia con el que opina distinto… el whatsapp ha colapsado un poco las relaciones sanas…

Es duro. Todo lo que tiene de bueno lo tiene de dañino si no lo ocupas apropiadamente. Y en el colegio nosotros lo vemos en el fenómeno de los papás en el mal uso del whatsapp y eso es pésimo para las relaciones entre los papás, entre los papás y el colegio y eso se refleja o se baja muchas veces a los niños.

– ¡Qué difícil! Porque ya no se va a eliminar esa herramienta…

No, pero yo creo que todos tenemos que tratar de aprender a usarla adecuadamente. Hay que buscar mecanismos para que sea constructivo y para que vaya en la misma línea. Ahí yo creo mucho en la regulación de los grupos. Los grupos se autorregulan mucho en la medida en que hayan ciertos líderes naturales que vayan poniendo los temas y la forma de discutir esos temas sobre la mesa, que tengan que ver con el respeto, la tolerancia, con un “oye, utilicemos el whatsapp para los temas del curso” o “ese tipo de temas no se discuten por acá”.

Como seres humanos tenemos que ser capaces de poner a la tecnología a nuestro servicio, pero un buen servicio y no al revés.

– Cambiando de tema, una de las bombas que te ha tocado es el tema Scout, ¿cómo lo ves?

Yo lo veo súper bien. Tal vez peco de ser muy optimista, pero siento que hemos trabajado muy bien en el comité ad hoc. Hay un grupo de personas trabajando súper seriamente en esto. Se está presentando hoy una propuesta al Padre Jim, que después será revisada por el Consejo Directivo y tiene que ver con la nueva forma de construir el Proyecto Scout, pero un proyecto que sea seguro para los niños, que tribute al Proyecto Educativo del colegio, que tribute a los valores del colegio y que nos haga tener la confianza en que ese es un proyecto en el cual transversalmente, al igual como en el resto de las actividades del colegio, los papás pueden confiar.

Existen políticas de ambiente seguro para ese proyecto, existe un proyecto formativo asociado, existen los valores del colegio en el proyecto Scout. En el fondo hay que alinear y supeditar el proyecto Scout a una actividad más dentro del colegio. 

– ¿Funcionaba como entidad aparte?

Claro, se daba con una autonomía donde las condiciones no eran las óptimas para el funcionamiento del grupo, entonces en ese sentido yo creo que fue una súper buena decisión el pausar el proyecto y remirarlo, hacer un diagnóstico, levantar todas las situaciones o las áreas en las que había que hacer mejoras y volver a planteárselo desde esa mirada.

En el comité lo bueno es que están representados muchos de los estamentos necesarios para construir ese proyecto; los apoderados, la pastoral, el Centro de Padres, el equipo directivo del colegio, entonces se ha hecho una mirada en conjunto y global muy buena de todo el tema. Los 3 jefes de scout participan también del comité y ellos han planteado todos sus puntos de vista, se han discutido todos los temas súper honesta y abiertamente, se ha dado un espacio de trabajo, de confianza y de colaboración que yo valoro mucho.

Yo creo que para los jóvenes es una condición deseable y siempre quieren tener como la mayor autonomía y libertad, pero cuando la enfrentan se dan cuanta que es súper duro, y ahí necesitan apoyo. Ahí buscan el marco, el respaldo, las líneas, el rayado de cancha, las directrices, la experiencia para tomar una decisión, la mirada global, el apoyo, porque es difícil. Para ellos además es súper complejo hacerse cargo de un grupo tan grande de niños, con todo lo que eso implica, como las dinámicas de relación entre pares, de campamentos, de accidentes, de apoderados…. De un montón de cosas en las que yo creo que de todas maneras necesitan apoyo.

– ¿Hay algún énfasis puntual que te gustaría nombrar o recalcar en la I, II y III Unidad, o lo ves más bien como un tema colegio?

La verdad es que yo creo que tiene que ver más con un tema como colegio.Yo creo que la mirada, atendiendo a que las dinámicas son distintas, los intereses de los niños son diferentes, las etapas de desarrollo son diferentes, es más una mirada transversal valórica de colegio. Yo creo que ese es el eje en el que nos tenemos que mover y que no podemos perder de vista.

Somos un colegio católico y esa impronta es la que tiene que prevalecer y esos valores son los que nos tienen que guiar en todo, transversalmente. En todas nuestras decisiones, nuestra forma de relacionarnos, en lo que queremos enseñarles a los niños, en el Proyecto Educativo, en el programa de cada una de las asignaturas. Ese es el foco que no podemos perder, es nuestro eje y sin duda lo más importante.

– ¿Por último, qué nos pedirías a nosotros, madres y padres, en cuanto a gestión y apoyo?

Yo les pediría, como tema fundamental y lo más importante; confianza. Confianza en que estamos trabajando, confianza en que hay una mirada en el bien mayor de todos nuestros niños y los ponemos a ellos en el foco todos los días, confianza en las decisiones que toma el colegio, confianza, confianza, confianza.

Es lo fundamental para poder avanzar. Si no tenemos confianza no podemos establecer relaciones y eso nos va a pasar la cuenta. Entonces necesitamos confiar. Si yo discrepo o si tengo dudas, tengo que ocupar los canales que existen para eso y ¡están abiertas las puertas!, bienvenidos todos para resolverles las dudas, para conversar, para escucharlos… pero establezcamos relaciones sanas, de respeto, de confianza y de utilización de los canales adecuados para eso.

El Centro de Padres está para canalizar todos los requerimientos de los apoderados. Evitar el rumor, la especulación y el llenar los espacios vacíos con esto. A veces para el colegio es súper difícil hacerlo todo bien y nunca vamos a poder llegar a hacer todo bien, entonces uno trata de comunicar de la mejor manera posible, pero a lo mejor hay un aspecto que te falta… bueno, no llenamos ese aspecto con la información que “yo creo que, supongo que, me dijo el otro que…”, eso es tóxico, entonces ahí es donde yo tengo que recurrir a los canales regulares; mandar un correo, pedir una reunión, conversar, levantar el punto, pedir información.

Yo creo que el colegio es súper democrático donde se valida la participación de cada estamento y es súper abierto a recibir todas las opiniones, pero por los canales adecuados, porque de otra manera no podemos. Necesitamos ocupar todas las herramientas que tenemos, como la institucionalidad y ahí es súper importante que todos los papás respeten esa institucionalidad, respeten las decisiones del colegio, se comprometan con el colegio y ¡confíen en el colegio!